¿Por qué debemos concienciarnos acerca del cambio climático?

Autor: Manuel Lozano


El cambio climático

El progresivo incremento del efecto invernadero causa un aumento de temperaturas en todo el planeta, es decir, un calentamiento global que puede dar lugar a un aumento de la inestabilidad climática, lo que ha producido una alarma social y científica.

¿Qué es?

En la actualidad la superficie del planeta está en una fase de calentamiento que puede modificar de forma importante el clima. Se supone que se está alterando el balance de radiación solar en el sentido de que una parte de la emisión calorífica que la Tierra envía al espacio quedará retenida, lo que se conoce como efecto invernadero.

Este efecto existe desde hace mucho tiempo en el planeta y ha sido muy importante en el desarrollo de la vida. Se calcula que sin efecto invernadero la temperatura media del planeta sería de -17°C, en vez de 15°C actuales. El problema no es, pues, que la aparición de un efecto nuevo, sino que el que siempre existió parece incrementarse y producir un recalentamiento.

Existe una Comisión intergubernamental sobre El Cambio Climático, que en el verano de 1992 presentó algunas conclusiones que conviene considerar:

-Se acepta que la temperatura media global del aire ha aumentado entre 0,3 y 0,6°C en los últimos cien años.

-La magnitud de este incremento entra dentro de la variabilidad climática conocida y no es, por tanto, una prueba concluyente de la existencia de un cambio global.

-Hará falta al menos una década para detectar inequívocamente al aumento del efecto invernadero, a partir de las observaciones.

¿Cómo se produce?

La acumulación en la atmósfera de una serie de gases es la causa que explica el exceso de efecto invernadero que parece darse en la actualidad.

El principal gas responsable del efecto invernadero es el vapor de agua, debido a su capacidad para absorber una parte importante de la radiación infrarroja que desde la Tierra se devuelve al espacio. Hay una parte de la radiación infrarroja que se llama “ventana atmosférica”, ya que remota al espacio sin apenas interferencias. Gracias a ello evita el excesivo calentamiento de la atmósfera.

Ahora bien, hay una serie de gases en pequeñas concentraciones, pero que se va acumulando en los últimos años. El problema de estos gases es que absorben intensamente el infrarrojo y muchos de ellos precisamente absorben ondas de la “ventana atmosférica”.

Por su cantidad, el gas más importante es el dióxido de carbono, que presenta un 0,03% en volumen del aire y que se incrementa con tasa anual del 0,4%. El incremento de este gas a la atmósfera se debe tanto al aumento de las emisiones como la eliminación de grandes superficies de bosque que dejan de asimilarlo en la fotosíntesis.

El segundo gas en importancia es el metano, que tiene una concentración doscientas veces menor que el dióxido de carbono, pero que crece a una tasa anual del 1%. Este gas se origina por fermentaciones sin oxigeno y se emite en cantidades importantes desde los pantanos y los arrozales. También las fermentaciones digestivas del ganado y de las hormigas blancas que ocupan los termiteros producen cantidades considerables de gas metano.

¿Qué efectos puede tener?

Se ha especulado mucho sobre el efecto que tendría un calentamiento atmosférico. La mayoría de las previsiones se hacen con modelos de circulación atmosférica en los que se supone una cantidad de dióxido de carbono doble de la que existe en la actualidad. En ese escenario todas las predicciones apuntan a un incremento de la temperatura media que oscilaría entre 1,5 y 4,5°C.

Los aumentos térmicos previstos varían no solo en su magnitud, sino también en su distribución en el espacio, y la misma Comisión Intergubernamental antes citada aconseja que se tomen ciertas reservas.

El posible cambio de régimen de precipitaciones es una de las mayores preocupaciones de cara al futuro. Las predicciones en este terreno son todavía más inseguras, pero en lo que por desgracia coinciden es en que se espera una disminución de menor intensidad y un incremento de las más caudalosas, así como una mayor concentración de las épocas lluviosas. Esa variación puede afectar a la retención de agua por los suelos y hacer que se acentúen en épocas de sequía.

El aumento de temperatura y las alteraciones en el régimen de precipitaciones pueden producir cambios en la distribución de los seres vivos y de los cultivos.

La fusión de los hielos polares y el consiguiente aumento del nivel del mar es otro de los efectos del cambio climático que más preocupa, ya que afectan a zonas costeras, donde viven dos quintas partes de la población mundial.

¿Cómo se pueden evitar?

Los esfuerzos para evitar la ampliación del efector invernadero deben concentrarse necesariamente en la reducción de las emisiones de los gases que lo originan.

El vapor de agua no es en principio un problema, aunque preocupa que se vaya acumulando en la atmósfera como consecuencia de la entrada en ella de metano, que, al oxidarse, produce agua.

Es importante, por tanto, controlar en lo posible las emisiones de dióxido de carbono y metano, así como intentar detener la deforestación de las zonas tropicales y llevar a cabo repoblaciones en las zonas templadas.

0 comentarios:

Publicar un comentario